domingo, junio 20, 2010

20 de Junio del 2010, 9.30 hs.

Estoy sentado en un bar, afuera llueve, pero a cada rato se detiene para que salga un momento el sol -lo cual me parece una metáfora de mi propio espíritu-. Tomo un café y miro por la ventana. En mi ipod suena una hermosa canción que escucho siempre pero hoy se me hace insoportablemente triste. Qué difícil esto de la soledad. Uno se debe conformar compartiendo sus sentimientos en una servilleta de papel.
Otra vez lluvia, es increíble como el clima afecta directamente mi alma.
Quizás un buen vaso de vino me llene un poco el vacío que siento en el estómago. No lo sé. A la mañana nunca se sabe. Quizás lo haga infinitamente más grande.
Sol. Me da en la espalda y el cuello. Ay! si el sol tuviese al menos brazos dormiría tranquilo por las noches.
Pienso en las estrellas, la luna y el mar y me repongo; como si ellas fuesen compañeras que esta noche me acompañarán.
Mi alma paga el precio.