jueves, abril 15, 2010

Seré...


Seré un viejo sabio, diestro en el arte de navegar por las tormentas de la vida. Seré un sabio que ve las formas y los fenónemos del mundo como una danza cósmica. Estaré en el mundo pero no perteneceré a él, y cada uno de mis pensamientos, palabras y acciones expresarán la absoluta perfección.

Seré también un maestro de la sensualidad, del éxtasis y de la embriaguez, del exceso y del desenfreno. Seré la personificación de la rendición total al momento. Mi naturaleza será no postergar nada y sumergirme en la experiencia de estar vivo. Estaré ebrio de amor. Escucharé la música del Universo como una celebración de mi ser y me dejaré llevar por el éxtasis de los sentidos y del espíritu.

Y por último (espero que no sea lo último) seré un alquimista cósmico. Seré el mago supremo, capaz de convertir nada en algo y algo en nada. Sabré que el mundo de los sentidos es absurdo. Sentiré el mundo material como una expresión de mi energía consciente, a la que podré transformar en materia con mi atención e intención. Podré asumir cualquie forma que elija, viva o inanimada, porque seré la conciencia en todos sus disfraces. Seré un alquimista cósmico, capaz de manifestar cualquier cosa que quiera.



Eso seré...



Y sentiré el cosmos como mi cuerpo. No estaré en el Universo; el Universo estará en mí.