viernes, abril 16, 2010

Omar Khayyám...


En el año 2006 publiqué en mi blog esto:

http://emiliofatuzzo.blogspot.com/2006/09/rubaiyat-de-omar-khayyam-y-el-vino.html

Un poeta Iraní del año 1040...
Hoy lo estuve leyendo toda la noche... tomando vino... y ahora tengo ganas de publicar algunas cosas salteadas... que tienen que ver conmigo y con él.

Voy a hacer un poema con cosas suyas y pensamientos mios.
Ahí va:


¡Compañero!
¿Exiges que yo me arrepienta de beber,
de embriagarme?
¿Pues no lo sabes?
¡Tenemos fatalmente, que hacer lo que estaba escrito!
¿No te diste cuenta, todavía,
de que el vino es espíritu,
de que él crea, educa, embellece
y modela el verdadero hombre?
Renuncia a todo en este mundo...
fortuna, honores, poder.
Desvía tus pasos de todo camino
que no conduzca a la taberna.
¡Nada pidas ni desees sino vino, canciones, música y amor!
Dices que no bebes vino
por la certeza que tienes de morir...
¡Hombre!
No seas inconsecuente,
bebas o no bebas vino,
la muerte no evitarás.
La vida, yo no la soportaría si no existiera el vino,
agrio, rosado y límpido.
No podría proseguir en la agobiante caminata,
cargando el peso bruto de este cuerpo,
si tuviera otras ocupaciones además de la bebida.
Una copa repleta de vino,
junto al calor de suave regazo,
en un ricón de la sierra,
oyendo el murmullo de un arroyo.
Todo eso prefiero al paraíso prometido de los mortales.
Una sola copa de vino
vale las mil promesas de todas las religiones.
Un solo trago es más importante que toda la China.
Aunque suave y poético,
el resplandor de la luna asusta e inquieta
a las noches sedientas de tinieblas.
¡Bebe!
¡Aprovecha el instante único!
Por mucho que vivas,
ningún instante a éste se comparará.
Esta misma luna brillará,
por los siglos de los siglos,
sobre mi tumba y sobra la tuya...
Irás a dormir profundamente bajo tierra.
Allí no tendrás confidente, amigo no tendrás,
¡ni amante, ni nada!
Belleza, Libertad, Verdad.
¡Estarán perdidas para siempre!
Bebo vino y no paso la vida lamentándome.
¿Y sabes por qué adoro la bebida?
Porque me satisface,
y me permite rechazar la esperanza torturante de encontrar,
en el más allá, palacios encantados,
mujeres deslumbrantes,
y porque consigue evitar
que yo viva adorándome a mí mismo, como tú,
en tu agoísmo, vives adorándote.
Si estoy embriagado según mis detractores
por haber bebido el vino de los magos: Lo estoy.
Y si soy ateo, idólatra y hechicero,
porque así lo proclaman, sin duda: Lo seré.
Los partidarios de toda clase de sectas y religiones
se contentan con simples presunciones y me acusan torpemente,
sin que de eso se avergüencen.
Pero yo me levanto muy por encima de sus estupideces.
La única verdad: No soy esclavo y a nadie pertencezco.
Lo que yo soy, es de mi exclusiva propiedad.
Vivo, y viviré siempre a mi antojo.