sábado, noviembre 17, 2007

Dios...


ADVERTENCIA:
Esta vez, tuve que escribir sobre un tema del que no me gusta hablar personalmente. Siento una angustia horrible y mucha tristeza al contemplarlo. Sin embargo, es un tema necesario.

Descartes dijo que una vez en la vida había que estudiar los fenómenos del pensamiento, pero que no se debía consagrar a la metafísica todos lo ratos de ocio. No veo por qué debe limitarse alguien que se ve interesado por el tema a analizar esta cuestión una sola vez en la vida.

No sé si lo diré una vez más, pero hubo momentos en los cuales sentí la tentación de decir que un verdadero Dios estaría por encima de nuestras pequeñas narices.

Éste libro sería entonces, algo así, como un miserable intento por conocer la verdad sobre la existencia de Dios, en el que me vi obligado a acudir a pequeñas mentiras para develar La Gran Verdad.

Emilio Fatuzzo, otoño del 2003.