martes, abril 24, 2007

Prólogo...




Tengo el honor de que el artísta plástico Nicolás Menza ha prologado la exposición del 31 de mayo...

"Con estas palabras, acompañar a Emilio Fattuzo, en este alto de un intenso camino que comienza a transitar por la pintura, siempre es para mí un aire fresco que viene a celebrar que no todo está perdido en lo banal y lo transable, en lo voraz e intrascendente. Tiempos estos que corren entre tangentes y diagonales cada vez más veloces para llegar tarde o temprano al no-lugar: a la nada.

Este acompañar a Emilio, es entonces, estar con el hombre artista y su trabajo, cuya actitud profunda es indivisible y conforma un todo de responsabilidad, pasión y compromiso por ideas y sentimientos nobles que enaltecen lo cotidiano, y le dan un sentido.

Así sus pinturas en su estado más dramático y transparente nos muestran la tensión espiritual y poética entre el torbellino caótico de carácter terreno: debajo de un horizonte virtual, a veces no directamente explicito, y un espacio que alude a lo cósmico: más sereno, aéreo y transparente.

Lo monocromo, el blanco y negro son la huella del gesto disimuladamente crudo y espontáneo que, junto con la palabra, forman un concepto de figura de significado simbólico que no remite a lo textual.

La escritura junto al ritmo del pincel se desliza en la tela como forma en busca de la metáfora poética. Podría casi interpretarse como nudo de la eterna lucha entre dos fuerzas antagónicas: lo claro y lo oscuro, el día y la noche, el bien y el mal.

Ante la esquizofrenia mediática, light con la que nos bombardean e insultan sistemáticamente, Emilio se pregunta " ¿Por qué buscar lo absoluto fuera del tiempo y no en esos instantes fugaces pero poderosos en que, al escuchar algunas notas musicales o al contemplar una obra de arte, sentimos que la vida tiene un sentido de absoluto?".

Esta preocupación existencial está manifestada en su pintura. Para encontrar la respuesta va en busca del sentido del misterio. Y en esta búsqueda, el bombardeo de los discursos vacíos, llenos de facilismo, de mentira, de injusticia, más que desanimar alientan y dan fuerzas, Emilio Fatuzzo como muchos jóvenes son la prueba. Esto es solo un alto, mañana sigue el infatigable trabajo en el intenso camino de la resistencia poética".

Obra: "Homeja de Jorge L. Borges, El secreto soñador, soñado" Técnica mixta sobre papel, 100 x 70 cm., 1999, Nicolás Menza.